En el Palacio Presidencial de Nicosia al que llegó para la visita de cortesía al mandatario Demetris Christofias, el Papa Benedicto XVI dirigió un discurso en el que alentó a respetar y promover la verdad moral en la política a través de tres vías: actuar de manera responsable partiendo del conocimiento de los hechos, poner al descubierto las ideologías políticas que pretenden suplantar la verdad y esforzarse constantemente para fundamentar la ley positiva sobre los principios éticos de la ley natural.
En sus palabras a las autoridades civiles y al cuerpo diplomático en los jardines del Palacio Presidencial, el Santo Padre recordó que la Iglesia aprecia el servicio público. Desempeñado con fidelidad, éste "permite crecer en sabiduría, integridad y realización personal. Platón, Aristóteles y los estoicos daban una gran importancia a esta realización –endemonia– como objetivo de la vida humana, y veían en la dimensión moral la vía para lograr esta meta. Para ellos, así como para los grandes filósofos árabes y cristianos que siguieron sus huellas, la práctica de la virtud consistía en actuar conforme a la recta razón, en la búsqueda de todo lo que es verdadero, bueno y bello".
Benedicto XVI resaltó luego la exigencia de trabajar siempre por el bien común y reiteró lo ya dicho por el querido Juan Pablo II, quien en la encíclica Veritatis splendor escribió que "la obligación moral nunca debería ser vista como una ley impuesta desde fuera y que reclama obediencia, sino como una expresión de la sabiduría misma de Dios, a la que la libertad humana se somete con solicitud".