Entonces la religiosa se comprometió a asistir a la señora en su trabajo de parto, del cual nacieron dos gemelos "que gozaban de buena salud". Para sor Elisa, este acontecimiento especial la "puso a prueba" como asistente obstétrica en zonas remotas.
Si bien trabajaba en el hospital a diario, con frecuencia viajaba en su motocicleta a las aldeas pobres y alejadas por una causa "celestial", como ella llama al hecho de ayudar a mujeres embarazadas que no pueden movilizarse a los centros de salud para dar a luz.
"Esto es más que una llamada 'obligatoria' propia de la profesión. Esta es una misión espiritual, porque me ocupo de la vida humana, tanto de la madre como del bebé", dijo la religiosa agustina, que hizo sus votos perpetuos en 2011 y que desde 2012 viaja en moto cada quince días de Ketapang a Tanjung para cumplir su misión.
"Sola con su motocicleta, [sor Elisa] recorre caminos fangosos y resbalosos durante la temporada de lluvias y atraviesa caminos polvorientos durante la temporada de calor", dijo sor Cecilia, religiosa agustina que estuvo a cargo de la formación de las novicias por muchos años en la congregación.