El Papa Francisco llegó a Tel Aviv (Israel), procedente de Belén en Palestina, y pronunció un discurso en la ceremonia de bienvenida luego de las palabras de las autoridades locales, ante quienes expresó su deseo que los israelíes y palestinos puedan vivir en paz, reconociendo el derecho de estos últimos a una patria soberana.
El Papa inició su discurso afirmando que "como saben, vengo como peregrino 50 años después del histórico viaje del Papa Pablo VI. Desde entonces han cambiado muchas cosas entre la Santa Sede y el Estado de Israel: las relaciones diplomáticas, que desde hace 20 años se han establecido entre nosotros, han favorecido cada vez más intercambios buenos y cordiales, como atestiguan los dos Acuerdos ya firmados y ratificados y el que se está fraguando en estos momentos".
El Santo Padre resaltó que "todos sabemos que la necesidad de la paz es urgente, no sólo para Israel, sino para toda la región" por lo que instó a "que se redoblen, por tanto, los esfuerzos y las energías para alcanzar una resolución justa y duradera de los conflictos que han causado tantos sufrimientos".