Al celebrar ayer por la tarde en Montecassino el rezo de las Vísperas con los abades y las comunidades de monjes y monjas benedictinas, el Papa Benedicto XVI reiteró que el patrimonio cristiano es la riqueza moral y espiritual de Europa que debe custodiarse y difundirse.
Al iniciar su homilía el Papa explicó algunos aspectos de la abadía de Montecassino que "fue destruida cuatro veces y otras tantas reconstruida, la última después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, hace 65 años", y que "como una encina secular plantada por San Benito fue 'podada' por la violencia y la guerra, pero renació con más vigor".
Seguidamente el Santo Padre indicó que San Benito "abandonó todo para seguir fielmente a Dios" y "encarnando en su existencia el Evangelio" fue "quien dio inicio a un vasto movimiento de renacimiento espiritual y cultural en Occidente".