El Patriarca de Jerusalén de los Latinos, Fouad Twal, condenó las demoliciones que Israel está realizando en Jerusalén -como la ocurrida en una propiedad del Patriarcado Latino-, pues al obligar a la gente a abandonar sus hogares están generando resentimientos y saboteando la paz en la región.

"No hay justificación para las demoliciones, y cuando la municipalidad de Jerusalén y el gobierno israelí ordenan una demolición y obligan a la gente a abandonar sus hogares, están alimentando el odio y socavando el futuro de la paz", expresó el Patriarca el 5 de noviembre, al condenar la demolición de una casa construida en una propiedad del Patriarcado Latino y que ha dejado a la familia de Salameh Abu Tarbush, de 14 personas, sin hogar.

Según se informó, esta familia fue expulsada el 28 de octubre por los soldados israelíes a las cinco de la mañana, tras incautarles sus teléfonos móviles para que no pudieran dar aviso del hecho.

El terreno sobre el que estaba la casa demolida se encuentra cerca del puesto de control que separa Jerusalén de Belén, y pertenece al Patriarcado Latino desde antes de 1967. Actualmente la familia está alojada en unas tiendas de campaña de la Cruz Roja.

"Nosotros somos los dueños legítimos -dijo el Patriarca Twal- y oirán nuestra voz ante todos los gobiernos del mundo, vamos a emprender acciones legales ante los tribunales competentes para restablecer la justicia y reconstruir esta casa".

El Patriarca estuvo acompañado por sus obispos auxiliares, Mons. William Shomali y Mons. Giacinto Boulos Marcuzzo; junto con un grupo de sacerdotes y abogados del Patriarcado, y cónsules de países extranjeros, entre ellos los de Italia y Bélgica.

Según datos de la Oficina de la ONU para la coordinación de cuestiones humanitarias (OCHA), 91 viviendas han sido demolidas en Jerusalén desde comienzos de este año hasta el 30 de octubre y 265 personas se han visto privadas de techo. En el mismo período de tiempo, el pasado año se demolieron 64 casas, dejando a la intemperie a 71 personas.