Terminado el rezo del Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI manifestó su preocupación por la situación en Irak y Tierra Santa e invitó a todos a una oración confiada y perseverante para poder llegar a la paz.
“Sigo con creciente preocupación –dijo el Santo Padre-, los hechos en Irak y en Tierra Santa. De frente a, por una parte, la ciega violencia que hace daños atroces y, por otro parte, a la amenaza del empeoramiento de la crisis que viene haciéndose más dramática, hay una necesidad de justicia, de serio y creíble compromiso de paz: que, lamentablemente, no se ven”.
Asimismo exhortó a todos a “unirse a una oración confiada y perseverante: el Señor ilumine los corazones y ninguno se haga indiferente al deber de construir una convivencia pacífica, en el reconocimiento de que cada hombre, pertenezca a al pueblo que pertenezca, es un hermano”.