Entre los ornamentos litúrgicos utilizados durante la ceremonia de beatificación del Papa Pablo VI ante miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco utilizó un cáliz, vistió una casulla y llevó el báculo del Beato.
El báculo rematado en la cruz de Jesucristo crucificado es de color plateado y representa que Jesús no se quedó en la cruz sino que resucitó, por tanto representa la muerte y la resurrección como explicó Radio Vaticana.
El Beato Pablo VI utilizó este báculo durante el Concilio Vaticano II y hasta hoy ha sido utilizado por los Pontífices sucesores como San Juan Pablo II