Al recibir esta mañana a la delegación de la comunidad judía de Roma, el Papa Francisco aseguró que ningún cristiano puede ser antisemita y exclamó: "¡Que el antisemitismo sea desterrado del corazón de todo hombre y de toda mujer!".
Tras saludar a todos con afecto, de modo particular al Rabino Jefe de Roma, doctor Riccardo Di Segni, a quien agradeció las palabras que le dirigió previamente, el Santo Padre dijo: "Como Obispo de Roma, siento especialmente cercana la vida de la comunidad judía de la ciudad: sé que ella, con más de dos mil años de ininterrumpida presencia, puede preciarse de ser la más antigua de la Europa occidental".
"Por tanto, desde hace muchos siglos, la comunidad judía y la Iglesia de Roma conviven en nuestra ciudad, con una historia –lo sabemos bien– que con frecuencia ha sido atravesada por incomprensiones y también por auténticas injusticias. Pero es una historia que, con la ayuda de Dios, ha conocido desde hace muchos decenios ya el desarrollo de relaciones amigables y fraternas", destacó.