"No es fácil" hacer la voluntad de Dios, expresó el Papa Francisco durante la Misa en la Casa Santa Marta, sin embargo, recordó que este es el camino para lograr la santidad y por ello alentó a los fieles a no tener miedo y rezar para que el Padre les dé la gracia de conocer y hacer su voluntad.
El Santo Padre recordó en su homilía que existía un tiempo en que la ley estaba hecha de prescripciones y prohibiciones, de sangre de toros y chivos, "sacrificios antiguos" que no tenían ni la "fuerza" de "perdonar los pecados", ni de hacer "justicia".
Después vino Cristo al mundo y con su crucifixión demostró cuál era el "sacrificio" más agradable a Dios: no el holocausto de un animal, sino el ofrecimiento de la propia voluntad para hacer la voluntad del Padre.