Antes de dirigir el rezo del Ángelus este domingo 27 de junio, el Papa Francisco advirtió que "la peor enfermedad de la vida es la falta de amor, es no poder amar" y agregó que "el amor no es apariencia", por lo que pidió no caer en remedios equivocados para saciar la falta de amor.
Así lo dijo el Santo Padre al reflexionar en el pasaje del Evangelio de San Marco que relata cuando Jesús "liberó a dos personas" de las situaciones más dramáticas: la muerte de una niña y la enfermedad de una mujer que padecía desde hace muchos años flujo de sangre.
"Jesús se deja tocar por nuestro dolor y nuestra muerte, y obra dos signos de curación para decirnos que ni el dolor ni la muerte tienen la última palabra. Nos dice que la muerte no es el final. Vence a este enemigo, del que solos no podemos liberarnos", recordó el Papa.