El verdadero cristiano arriesga su vida, su fama y su comodidad para que nadie se pierda, afirmó este jueves el Papa Francisco durante la Misa en la Casa Santa Marta, desde donde llamó a sacerdotes y fieles a no tener miedo "de ensuciarse las manos" para ir al encuentro de los pecadores, y no ser como los fariseos y escribas que para evitar el escándalo se quedan "a mitad del camino".
"El verdadero pastor, el verdadero cristiano tiene este celo dentro: que nadie se pierda. Y por esto no tienen miedo de ensuciarse las manos. No tienen miedo. Va a donde debe ir. Arriesga su vida, arriesga su fama, se arriesga a perder su comodidad, su estatus, también a perder en la carrera eclesiástica, pero es buen pastor. También los cristianos deben ser así", señaló el Santo Padre durante su homilía donde abordó la parábola de la oveja y la moneda perdidas.
Francisco recordó que los fariseos y escribas se escandalizaron porque Jesús "acoge a los pecadores y come con ellos".