Este jueves, durante la Misa en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco reflexionó sobre la gratuidad de la salvación que ofrece Dios y advirtió del peligro de "creernos redentores de nosotros mismos".
Frente a esa pretensión, el Pontífice recordó que la salvación "es un don gratuito del Señor". Para explicarlo, Francisco recurrió a la imagen del desierto: "El Señor hace que florezca el desierto".
El Papa empleó esta expresión para referirse a cómo Dios se presenta a dos mujeres estériles y les concede el don de la maternidad. En la primera lectura del día, del libro de los Jueces, se narra que "el ángel de Yaveh" se apareció a la mujer del israelita Manóaj, que era estéril, y le anuncia que "vas a concebir y a dar a luz un hijo" que "comenzará a salvar a Israel de la mano de los filisteos". El hijo fue Sansón.