Miles de personas se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oración recordó que la conversión vence el mal en su raíz, el pecado.
Reflexionando sobre el Evangelio del día de hoy, el Santo Padre hizo notar “la necesidad de la conversión”, que Jesús propone “no en términos moralistas, sino realistas, como la única respuesta adecuada a los hechos que ponen en crisis las certezas humanas”.
“Cristo invita antes que nada a responder al mal con un serio examen de conciencia y el compromiso de purificar la propia vida”, continuó.