El Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela, presidió una Eucaristía de acción de gracias por la beatificación de María de los Ángeles Ginard Martí, asesinada “por odio a la fe” durante la persecución religiosa en la Guerra Civil española (1936-1939).
En su homilía, el Purpurado destacó que obedecer y amar como Cristo son las formas más eminentes de entrega. Recordó que María de los Ángeles obedeció para venir a Madrid en aquellos tiempos difíciles y amó hasta el extremo, pues repetía en aquellos años de persecución religiosa que “lo más que podían hacer contra ella era matarla”.
El Cardenal Rouco recordó que la virginidad, la pobreza y la obediencia, fueron las formas de amar de esta gran mujer, cuyo amor por la Eucaristía era inmenso. “Esta religiosa dedicaba largas horas a la adoración del Santísimo Sacramento, sin descuidar su servicio a la comunidad. Así se fue preparando para ofrecer su vida como expresión suprema de amor a Cristo”, anotó.