En plena campaña electoral, los obispos de Estados Unidos emitieron un documento en el que reiteran el rechazo de la Iglesia a la experimentación con células estaminales embrionarias, porque mercantiliza a los seres humanos e implica la destrucción de vidas.
El documento recuerda que "como creyentes reconocemos cada vida humana como el regalo del infinito amor de Dios, insistimos que cada ser humano, aunque sea pequeño y lo más insignificante, le importa a Dios".
Los obispos también lamentaron que "la falta de compromiso con una esperanza de hacer 'algo positivo' puede restarle importancia al perjuicio de eliminar vidas humanas de inocentes, en la realidad".