Ser cristiano es una llamada de amor, una llamada a convertirse en hijos de Dios y nadie lo es "por pura casualidad", lo dijo hoy el Papa Francisco en la Misa en la Casa de Santa Marta. El Santo Padre enfatizó que la certeza del cristiano es que el Señor jamás abandona y pide seguir adelante en medio de las dificultades.
El Papa Francisco centró su homilía en la Primera Lectura, tomada del Libro del Génesis, donde se narra sobre la discusión entre Abraham y Lot por la repartición de la tierra. "Cuando leo esto pienso en Oriente Medio y pido mucho al Señor para que nos dé a todos la sabiduría, esta sabiduría – no discutamos, yo voy por esta parte, tú por la otra … - por la paz".
Abraham, resaltó Francisco, "continúa caminando". "Él dejó su tierra para ir, no sabía dónde, pero donde el Señor le dirá". Sigue caminando, entonces, porque cree en la Palabra de Dios que "lo había invitado a salir de su tierra". Este hombre, quizás nonagenario, mira la tierra que le indica el Señor y cree.