Luego de la visita al Centro Don Orione, el Papa Benedicto XVI se dirigió al Monasterio Dominico de Santa María del Rosario en Monte Mario, en donde presidió la celebración de la Hora Media con las monjas de clausura. Allí el Santo Padre señaló en su homilía que "vosotras, que conocéis bien la eficacia de la oración, experimentáis cada día la cantidad de gracias de santificación que puede obtener a la Iglesia".
El Santo Padre alentó a las religiosas de clausura a ser "agradecidas a la divina Providencia por el don sublime y gratuito de la vocación monástica, a la que el Señor os ha llamado sin que hayáis hecho nada por merecerlo".
"La forma de vida contemplativa, que de las manos de Santo Domingo recibisteis en las modalidades de la clausura, os sitúa como miembros vivos y vitales en el corazón del cuerpo místico del Señor, que es la Iglesia; y como el corazón hace circular la sangre y mantiene vivo todo el cuerpo, así vuestra existencia escondida con Cristo, entretejida de trabajo y de oración contribuye a sostener a la Iglesia, instrumento de salvación para cada hombre, que el Señor ha redimido con su sangre".