En la Audiencia General de este miércoles, el Papa Benedicto XVI resaltó que el mundo actual necesita santos y doctores, como San Alfonso María de Ligorio, que propongan el mensaje de Cristo de manera sencilla e incisiva, que también sean capaces de vivir el camino de la conversión personal con alegría.
Sobre este Obispo y Doctor de la Iglesia nacido en Nápoles en 1696 que ejerció de manera brillante la profesión de abogado, que abandonó en 1726 para ordenarse sacerdote, el Papa dijo que "inició en los ambientes más humildes de la sociedad napolitana una labor de evangelización y de catequesis, a los que le gustaba predicar, instruyendo sobre las verdades fundamentales de la fe".
En 1732 fundó la Congregación religiosa del Santísimo Redentor. Sus miembros "guiados por Alfonso, fueron auténticos misioneros itinerantes, que llegaban incluso a las aldeas más remotas, exhortando a la conversión y a la perseverancia en la vida cristiana, especialmente a través de la oración".