Los párrafos finales del mensaje del Sínodo de los Obispos incluyen exhortaciones y referencias a los diversos estados de vida en la Iglesia.
La primera referencia está dirigida a los sacerdotes, a quienes los padres sinodales “pedimos ser, con nosotros y siguiendo el ejemplo del Santo Padre Benedicto XVI, humildes obreros en la viña del Señor, con una vida sacerdotal coherente”.
Asimismo se recuerda con “gratitud el empeño de los diáconos permanentes, de los catequistas, de los agentes de pastoral y de numerosos laicos que activamente trabajan en favor de la comunidad”.