El nacimiento de la pequeña Verónica Destiny es considerado una proeza médica por algunos y un milagro por otros. La doctora Karrie Francois, encargada de velar por la madre –a la que se le declaró muerte cerebral–, nunca olvidará esta providencial odisea de alegría y dolor.
Fueron 49 los días en que la doctora Karrie Francois y su equipo de profesionales del Centro Médico Banner Good Samaritan de Phoenix cuidaron de Verónica Celis, una nueva madre coraje mexicana. Ella había desistido de abortar a la bebé que esperaba cuando supo que el cáncer había regresado. Cayó en coma y el 7 de agosto le declararon muerte cerebral. Ese día comenzó lo que parecía imposible: lograr que la bebé en su vientre siguiera creciendo hasta las 30 semanas de gestación y sobreviviera al parto.
El domingo pasado, dos semanas antes de lo previsto, le practicaron una cesárea y un día después, el lunes, su cuerpo fue desconectado de los aparatos que permitieron el nacimiento de su niña.