En Asia “las primeras víctimas de las persecuciones son las minorías, entre ellas los cristianos, que a menudo se ven obligados a abandonar sus países de origen y son también blanco de la violencia de los grupos fundamentalistas”. Pese a estos serios obstáculos, constató el Consejo Especial para Asia de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, la Iglesia Católica crece un número, vocaciones y "fidelidad hasta el don de la vida".
Dicho Consejo se reunió el pasado 20 de noviembre bajo la presidencia del Arzobispo Nicola Eterovic, Secretario general del Sínodo de los Obispos, informa un comunicado publicado hoy por la Oficina de Información de la Santa Sede.
El debate, señala la nota, ha permitido delinear las “condiciones de vida en la sociedad civil, en muchos aspectos favorables a la actividad de la Iglesia”. Sin embargo, “también se han individuado varias preocupaciones”, que se derivan de las guerras, la carrera armamentista, los enfrentamientos étnicos, la violencia, el terrorismo y la represión, las limitaciones de la libertad de conciencia”, entre otros.