La Nunciatura Apostólica en Venezuela emitió en la noche del 3 de enero un comunicado denunciando el hallazgo de un artefacto explosivo programado para estallar en el recinto de la Embajada de la Santa Sede en Caracas.
El comunicado oficial de la Nunciatura señala que "a las 3:15 p.m. ha sido hallado, en el recinto de la misma Nunciatura, frente al edificio principal, un artefacto explosivo, tipo granada, que presumiblemente ha sido arrojado desde la calle. De inmediato se ha dado noticia de dicho evento al Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores – Dirección General de Protocolo y a la Central de la DISIP. A las 4:00 p.m. han llegado tres motorizados de la misma DISIP para hacer un reconocimiento del lugar y, al comprobar que se trataba de un artefacto peligroso, han pedido la intervención de expertos en explosivos del mismo cuerpo policial".
Según el comunicado, "a las 4:15 p.m. llegaron dichos expertos que, con la debida cautela, han conseguido recoger la granada, colocarla en un contenedor de seguridad y llevarla en un lugar seguro. Los miembros de la DISIP han encontrado también a las afueras de la puerta principal de la Nunciatura el dispositivo que servía para activar el artefacto. Afortunadamente, por razones que los expertos están averiguando, la granada no ha explotado; de manera que no ha habido que lamentar consecuencias ni para las personas ni para el edificio de la Misión diplomática".