El Departamento de Justicia de Filipinas ha exonerado a cuatro obispos de las denuncias de conspiración contra el gobierno del actual presidente del país, Rodrigo Duterte, al considerar que no existe evidencia.
Los obispos fueron acusados de "sedición" contra el gobierno junto a más de 30 abogados, religiosos y activistas de derechos humanos.
En una entrevista a la agencia vaticana Fides, Mons. Pablo Virgilio David, Obispo de Caloocan, al norte de Manila (Filipinas), señaló que se encuentra "feliz por un lado y triste por el otro".