Al recibir este mediodía a los participantes del congreso por los 80 años del Estado de la Ciudad del Vaticano, titulado "Un pequeño territorio para una gran misión", el Papa Benedicto XVI señaló que desde este "pequeño pedazo de tierra" se yergue siempre "un incesante mensaje de verdadero progreso social, esperanza, reconciliación y paz" para todo el mundo.
Al iniciar su discurso, el Papa resaltó la figura y el arduo servicio a la Iglesia de Pío XI, bajo cuyo pontificado se firmaron los Pactos Lateranenses el 11 de febrero de 1929; e indicó como este Papa consideró este tratado como "un instrumento para garantizar la necesaria independencia de toda potestad humana, para darle a la Iglesia y a su supremo Pastor la posibilidad de cumplir plenamente el mandato recibido por Cristo el Señor".
"A lo largo de estos ocho decenios de su existencia, el Estado Vaticano ha demostrado ser un instrumento dúctil y siempre a la altura de las exigencias que ante él ponen y siguen colocando la misión del Papa, las necesidades de la Iglesia, las siempre mutables condiciones de la sociedad. Por ello, bajo la guía de mis venerados Predecesores –desde el Siervo de Dios Pío XII hasta el Papa Juan Pablo II–, se ha realizado y se realiza todavía hoy ante los ojos de todos, una constante adecuación de las normas, de las estructuras y de los medios de este singular Estado edificado en torno a las tumba del Apóstol Pedro".