El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, presidió el domingo la Misa por la celebración del Corpus Christi y conmemoración del 775° aniversario de la catedral de Córdoba, donde recordó que no es el odio el que cambia la historia, sino el amor.
El Prelado ha recordado que la fiesta del Corpus es un eco del jueves santo, "cuando Jesús, en el marco de la cena pascual judía, instituyó el sacramento de la Eucaristía". Por eso durante la homilía ha precisado que "Dios está aquí. Su presencia suscita en nosotros la adoración. Una adoración que nos libera de la idolatría y nos hace libres".
"Cuando el hombre no es capaz de adorar a Dios, es porque adora otros ídolos que le esclavizan, como pueden ser el dinero, el placer, el poder, etc.," y precisamente la fiesta del Corpus es "reconocimiento de una presencia, que nos acompaña en el camino de la vida" y ha recordado que esta celebración es también la fiesta del amor cristiano.