Al recibir esta mañana a los obispos de la Conferencia Episcopal de Taiwán en su visita ad limina, el Papa Benedicto XVI subrayó que los prelados y los fieles de este país "son un signo vivo de que, en una sociedad rectamente ordenada, no hay que tener miedo de ser un fiel católico y un buen ciudadano".
En su discurso, el Papa subrayó que "vuestros lazos apostólicos con el Sucesor de Pedro comportan una responsabilidad pastoral con la Iglesia universal. En vuestro caso, esto significa un interés amoroso por los católicos en tierra firme, por lo que rezo constantemente".
Tras recordar que en sus oraciones pide "que, como parte de la gran familia católica china, sigáis unidos espiritualmente con vuestros hermanos del continente", Benedicto XVI subrayó que la celebración del 150 aniversario de la evangelización de Taiwán representa "una ocasión para manifestar todavía con mas fuerza la unidad entre vosotros y con nuestro Señor a la hora de promover el apostolado común de la Iglesia".