En la homilía de la Misa que presidió esta mañana en su visita apostólica a Cassino y Montecassino en la Solemnidad de la Ascensión del Señor, el Papa Benedicto XVI alentó a los fieles a atesorar la herencia de la vida monástica instaurada por San Benito y exhortó a laborar en la construcción de una nueva humanidad con oración, trabajo y cultura.
En la Plaza Miranda de Cassino, que desde hoy lleva el nombre de Benedicto XVI por decisión del Consejo Comunal, el Santo Padre señaló ante los miles de fieles presentes que “el carácter histórico del misterio de la resurrección y de la ascensión de Cristo nos ayuda a reconocer y comprender la condición trascendente y escatológica de la Iglesia, que no ha nacido ni vive para suplir la ausencia de su Señor ‘desaparecido’, sino que sobre todo encuentra su razón de ser y de su misión en la invisible presencia de Jesús operante con la potencia de su Espíritu”.
“En otros términos, podemos decir que la Iglesia no cumple la función de preparar el retorno de un Jesús ‘ausente’, sino que al contrario, vive y opera para proclamar la ‘presencia gloriosa’ de manera histórica y existencial”, añadió.