Durante una solemne ceremonia realizada en la Plaza San Pedro durante la fiesta de San Pedro y San Pablo, el Papa Juan Pablo II confirió el palio arzobispal a 44 arzobispos del mundo, y pronunció junto con el Patrairca Bartolomé I, una homilía centrada en la unidad de los cristianos.
Como parte de las actividades de la histórica visita del máximo líder ortodoxo griego a Roma, el Patriarca acompañó al Pontífice durante la celebración de la Misa de imposición de palios, compartiendo la Liturgia de la Palabra y la homilía.
Durante sus palabras, el Pontífice insistió en que los esfuerzos por lograr la unidad "no pueden ser abandonados" y reconoció que "el camino ciertamente no es carente de obstáculos ni es fácil"; pero insistió en que la presencia de Bartolomé I en la importante liturgia de imposición de palios no era "meramente ceremonial" , sin o un genuino esfuerzo por superar las divisiones que separan a ambas iglesias cristianas desde el siglo XI.