La Asociación de Víctimas del Aborto (AVA) recogió el clamor de las pacientes con el virus del SIDA que están embarazadas y sufren la presión de agentes sanitarios para abortar, a pesar que el tratamiento retroviral ha disminuido hasta el 5 por ciento la transmisión materno-fetal de la enfermedad.
La AVA difundió el caso de una joven de 23 años de edad “que ha sufrido este año la presión médica por ser VIH positiva y querer continuar con su embarazo, tomando las medidas adecuadas de profilaxis para que su hijo no se contagiara”.
La mujer resultó en cinta “teniendo ya la infección del VIH y los médicos de cabecera y el ginecólogo del Servicio de Salud de su comunidad autónoma donde reside le presionaron para que no tuviera al niño”.