Ser humildes y dejarse sorprender por Dios: estas son las dos condiciones indicadas por el Papa Francisco, durante la Audiencia General de este miércoles 15 de noviembre, para poder encontrarse con Dios en la Eucaristía.
En su catequesis, el Santo Padre señaló que "la Misa es oración, aún más, es la oración por excelencia, la más alta, la más sublime y, al mismo tiempo, la más concreta. De hecho, es el encuentro de amor con Dios mediante su Palabra y el Cuerpo y la Sangre de Jesús". Afirmó que para comprender la belleza de la celebración eucarística hay que tener ese aspecto en cuenta.
Por lo tanto, humildad y confianza son requisitos esenciales para recibir al Señor. "En primer lugar, ser humildes, reconocerse hijos, descansar en el Padre, fiarse de Él. Para entrar en el Reino de los cielos es necesario hacerse pequeños como niños. En el sentido de que los niños saben fiarse, saben que alguno se preocupará de ellos, de aquello que comerán, de aquello que llevarán, y así todo".