Al recibir al nuevo embajador de la República Islámica de Irán, Mohammad Javad Faridzadeh, el Papa Juan Pablo II recordó la necesidad de que todos “puedan expresar libremente sus propias convicciones”, celebrar el culto y transmitir la enseñanza religiosa a niños, jóvenes y adultos en el país.
Es necesario que todos en Irán, “respetando las leyes del país, puedan expresar libremente sus propias convicciones religiosas, reunirse con sus hermanos para celebrar el culto debido a Dios, así como garantizar, a través de la catequesis, la transmisión de la enseñanza religiosa a los niños, y su profundización por parte de jóvenes y adultos", dijo el Pontífice.
"La Santa Sede cuenta con el apoyo de las autoridades iraníes para permitir a los fieles de la Iglesia Católica presentes en Irán, así como a los otros cristianos, la libertad de profesar su religión y para favorecer el reconocimiento de la personalidad jurídica de las instituciones eclesiásticas”, afirmó el Papa. Asimismo resaltó que “la libertad de culto no es sino un aspecto de la libertad religiosa, que debe ser la misma para todos los ciudadanos de un país".