El Papa Juan Pablo II expresó su preocupación por la disminución de la asistencia a Misa dominical –que afecta a muchos países del mundo- y advirtió que los católicos “permanecen atrapados” en el sin sentido cuando no santifican el Día del Señor.
El Papa se refirió concretamente a la realidad de Nueva Zelanda, al recibir a un grupo de obispos en visita ad limina en Castel Gandolfo. "El debilitamiento de la observancia de la Misa dominical, de la que cada uno de vosotros ha hablado con gran preocupación, difumina la luz del testimonio de la presencia de Cristo en vuestro país”, indicó.
"Cuando el domingo se subordina a un concepto popular de 'fin de semana' y es dominado excesivamente por el entretenimiento y el deporte, en lugar de ser verdaderamente santificado y revitalizado, la gente permanece atrapada en la incansable y a menudo sin sentido búsqueda de la novedad", señaló el Papa.