Al concluir la recitación del Angelus, el Papa Juan Pablo II vovlió a rechazar la tortura como "intolerable violación de los derechos humanos".
El Pontífice se refirió brevemente al tema al saludar en la Plaza San Pedro a los participantes de la Jornada Mundial de la Tortura celebrada el sábado.
"Que el común empeño de las instituciones y de los ciudadanos destierre completamente esta intolerable violación de los derechos humanos, radicalmente contraria a la dignidad del hombre", concluyó el Santo Padre.