Al introducir el Ángelus dominical, el Papa Benedicto XVI anunció el inicio de los Ejercicios Espirituales para él y para la Curia Romana y pidió a los presentes acompañarlos con sus oraciones exhortándolos a que la Cuaresma sea una ocasión de conversión y de valeroso impulso hacia la santidad.
Tras definir la Cuaresma como un tiempo “favorable para una atenta revisión de la vida en el recogimiento, en la oración y en la penitencia”, el Santo Padre afirmó que “los Ejercicios Espirituales ayudarán, a mí y a mis colaboradores de la Curia Romana a entrar con mayor conciencia en este característico clima cuaresmal”.
Asimismo pidió a los presentes “acompañarme con vuestras oraciones” y aseguró que rezaría por todos para que “la Cuaresma sea para todos los cristianos una ocasión de conversión y de valeroso impulso hacia la santidad”.