"Aunque experto en cultivar la opinión pública, el Papa Francisco no es persona que se deje encarcelar por ella", afirmó recientemente el vaticanista Sandro Magister en una de sus columnas, donde destacó la fidelidad del Pontífice argentino a la doctrina de la Iglesia, especialmente en lo que se refiere a la defensa de la vida al tomar como referencia la encíclica Humanae vitae de Pablo VI.
En su artículo, Magister advirtió que el Santo Padre tendrá para el 2015 o 2016 –cuando aborde las conclusiones del Sínodo de la Familia-, "la formidable presión ejercida por una opinión pública que, previsiblemente, estará casi toda ella a la espera de un sí" a la comunión a los divorciados en nueva unión.
Una presión, recordó, que en su momento enfrentó Pablo VI en los años sesenta cuando "tenía que decidir sobre la licitud de los anticonceptivos con teólogos, obispos y cardenales alienados en una gran parte a favor".