El Papa Benedicto XVI aprovechó el tradicional encuentro anual con los sacerdotes de la diócesis de Roma, como Obispo de la misma, para despedirse de ellos y agradecerles sus oraciones por él y por la Iglesia.
El Santo Padre señaló que si bien, al retirarse a un monasterio de clausura, quedará "oculto para el mundo", siempre estará unido a ellos en la oración.
"He notado siempre vuestra presencia física y aunque me retiro para rezar, sé que siempre estaréis cerca de mí, aunque para el mundo permanezca oculto", afirmó el Papa ante el Vicario General para la diócesis de Roma, Cardenal Agostino Vallini y varios centenares de sacerdotes locales.