Durante la Misa solemne presidida este domingo en la Basílica de San Pablo Extramuros para inaugurar el Sínodo sobre la Sagrada Escritura, el Papa Benedicto XVI lanzó una grave advertencia sobre el daño que producen a la Iglesia los cristianos incoherentes, que podría llevar al fin de las actuales regiones de tradición cristiana.
El Pontífice evocó durante su homilía las lecturas litúrgicas de este domingo -del profeta Isaías y la del Evangelio de Mateo- centradas en la imagen de la viña, y la describió como “una conmovedora alegoría de la alianza de Dios con su pueblo, en la que sin embargo el Señor recibe una respuesta indigna. No la simple desobediencia a un precepto divino, sino un verdadero rechazo de Dios”.
“Esta denuncia de la página evangélica interpela nuestra forma de pensar y de actuar. En particular, a los pueblos que han recibido el anuncio del Evangelio. La historia nos muestra, no pocas veces, la frialdad y la rebelión de cristianos incoherentes”, agregó.