El Papa Francisco advirtió en la homilía en la Misa que presidió en Santa Marta de la hipocresía de vivir un cristianismo mundano y de no anunciar el Evangelio como se debe, por lo que invitó a no "aguar el anuncio del Evangelio".
"La novedad del Evangelio, la novedad de Cristo no es solo que transforma nuestra alma, es transformarnos a todos nosotros: alma, espíritu y cuerpo, todos, todo, es decir, transformar el vino, la levadura, en odres nuevos".
"La novedad del Evangelio es absoluta, es total; es para todos, porque nos transforma desde dentro hacia fuera: el espíritu, el cuerpo y la vida diaria", añadió.