Al recibir en la mañana del viernes a los obispos de la región eclesiástica de Colorado, Wyoming, Utah, Arizona, Nuevo Mexico y parte de Texas, el Papa Juan Pablo II advirtió sobre el riesgo que implica el divorcio creciente entre Evangelio y cultura.
El Pontífice inició su discurso señalando que deseaba centrarse en la difícil tarea episcopal de “evangelizar la cultura”.
“La observación de mi predecesor, Pablo VI: ‘la separación entre Evangelio y cultura es indiscutiblemente el drama de nuestra época’, se manifiesta hoy como una ‘crisis de sentido’”, dijo el Santo Padre.