Luego del concierto ofrecido en su honor por la República de Hungría que acaba de asumir la presidencia del Consejo de la Unión Europea, el Papa Benedicto XVI resaltó ayer que Dios nunca abandona al ser humano ante el peso del mal del mundo.
En su discurso de agradecimiento al Presidente de Hungría, Pál Schmitt, y a la Orquesta Filarmónica Nacional de Hungría que interpretó varias piezas del famoso pianista húngaro Franz Liszt, el Santo Padre explicó que este gran compositor de música sinfónica y clásica, también era un hombre de profunda fe.
Seguidamente Benedicto XVI hizo una reflexión sobre las tres piezas primeras piezas interpretadas, entre las cuales estaba el Ave María-Die Glocken von Rom. Con sonidos muy distintos entre sí, se ha podido expresar "armoniosamente un único proyecto musical".