El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de Estados Unidos informó el martes que la Diócesis de Arlington, del estado Virginia, ayudó a un paciente de COVID-19 moribundo gracias a la intervención de un sacerdote que le ofreció los sacramentos.
En una conferencia de prensa telefónica, Roger Severino, director de la Oficina de Derechos Civiles del HHS, anunció el 20 de octubre que la oficina había resuelto dos quejas de discriminación religiosa relacionadas con la falta de acceso a sacerdotes católicos en los hospitales durante la pandemia.
Uno de los dos casos fue en el hospital Mary Washington Healthcare en Fredericksburg, Virginia. La familia de un paciente con COVID que estaba muriendo solicitó a un sacerdote católico que visitara y administrara los últimos ritos católicos, que generalmente incluyen los sacramentos de la extremaunción y la confesión, y la recepción de la comunión, pero el hospital supuestamente denegó la solicitud debido a sus políticas de visitas por coronavirus.