El Arzobispo de Valencia, Cardenal Agustín García-Gasco, recordó que la dignidad humana "no se subordina a las decisiones de los Estados particulares, ni a las costumbres locales, ni a ninguna propuesta ideológica", sino que es propia de la persona, creada a imagen y semejanza de Dios.
En su carta semanal, el Purpurado destacó la pertinencia de reconocer la dignidad humana en momentos en que se "reconocen derechos para los animales", pero se dejan "sin derechos al ser humano en su fase embrionaria y prenatal".
"Todos hemos sido embriones, todos hemos desarrollado nuestra vida bajo el corazón de nuestra madres, todos hemos recibido los cuidados necesarios para llegar a ser lo que somos", recordó el Cardenal.