Al concluir hoy los Ejercicios Espirituales de la Curia Vaticana, cuyo tema fue "Arte de creer, arte de orar", el Papa Benedicto XVI agradeció a todos por su ayuda en "estos ocho años", y aseguró que "creer no es otra cosa que, en la oscuridad del mundo, tocar la mano de Dios, y así, en silencio, escuchar la Palabra, percibir el Amor".

El Santo Padre agradeció al predicador de los ejercicios, el Presidente del Pontificio Consejo de la Cultura, Cardenal Gianfranco Ravasi, y aseguró que las predicaciones fueron como "hermosas caminatas por el mundo de la fe y el universo de los Salmos".

El Papa señaló que "me ha venido en mente que los teólogos medievales han traducido la palabra 'logos' no sólo con 'verbum', sino también con 'ars': 'Verbum' y 'ars' son intercambiables. Sólo en las dos juntas aparece, para los teólogos medievales, todo el significado de la palabra 'logos'. El 'Logos' no es sólo una razón matemática: el 'Logos' tiene un corazón, 'Logos' es también amor".

"La verdad es bella. Verdad y belleza se dan la mano: la belleza es el sello de la verdad".

Sin embargo, apuntó el Papa, "el 'muy bueno' del sexto día - expresado por el Creador – es contradicho permanentemente por el mal de este mundo, por el sufrimiento, por la corrupción. Casi como si el maligno quisiera ensuciar permanentemente a la creación, para contradecir a Dios y para hacer irreconocible su verdad y su belleza".

"En un mundo tan marcado también por el mal, el Hijo encarnado, el 'Logos' encarnado es coronado con una corona de espinas y sin embargo, precisamente por ello, en esta figura sufriente del Hijo de Dios, comenzamos a ver la belleza más profunda de nuestro Creador y Redentor, podemos, en el silencio de la 'noche oscura' escuchar la Palabra".

El Santo Padre exhortó a que "sigamos caminando ulteriormente en este misterioso universo de la fe, para ser cada vez más capaces de orar, de rezar, de anunciar, de ser testimonios de la Verdad, que es bella, que es Amor".

"Al final, queridos amigos, quisiera agradecer a todos. Y no sólo por esta semana, sino por estos ocho años, en los que han llevado conmigo - con gran competencia, afecto, amor y fe - el peso del ministerio petrino".

Benedicto XVI aseguró que "queda en mí esta gratitud y aunque ahora termine, permanece una profunda comunión en la oración. Con esta certeza sigamos adelante, seguros de la victoria de Dios, seguros de la Verdad, de la belleza y del amor ¡Gracias a todos!".