El Papa Benedicto XVI explicó que cuando un matrimonio atraviesa por una crisis, los esposos se encuentran ante una oportunidad que, guiados por María y con la ayuda del Señor, "les ayudará a crecer", y permitirá que el amor se purifique, madure y se refuerce.
Al recibir esta mañana en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo a 300 participantes del encuentro internacional del movimiento Retrouvaille, cuyo objetivo es ayudar a los matrimonios en crisis, el Santo Padre señaló que cuando los esposos "atraviesan momentos difíciles o –como demuestra vuestra experiencia– incluso se han separado, si confían en María y se dirigen a Aquel que ha hecho de los dos 'una sola carne', pueden tener la certeza de que aquella crisis, con la ayuda del Señor, les ayudará a crecer, y que el amor se purificará, madurará y se reforzará".
Seguidamente, el Pontífice recordó que "realizáis un servicio 'contra-corriente'. Cada vez que una pareja entra en crisis encuentra tantas personas dispuestas a aconsejar la separación. También a los cónyuges que se han casado en el nombre del Señor se les propone con facilidad el divorcio, olvidando que el ser humano no puede separar lo que Dios ha unido".