El Arzobispo de México (México), Cardenal Norberto Rivera Carrera, llamó a los fieles a no permitir que la fe se reduzca a un acto privado de la conciencia sino que se haga "presente en los diversos ámbitos de la vida social, política y cultural, ya que la Buena Noticia de Jesucristo no es una luz para ser escondida".

El Purpurado dijo estas palabras con motivo del concierto de clausura del bicentenario de la terminación de la Catedral Metropolitana de México, la cual "se levanta como símbolo de esa fe que no puede esconderse, que no debe quedar marginada de la vida nacional", sino que abre sus puertas a creyentes y no creyentes para que descubran su belleza, su trascendencia y hallen "la paz que sólo en Dios se puede encontrar".

"La fe, cuando es verdadera y profunda, se convierte en testimonio vivo de caridad y amor, pero también se manifiesta en la belleza, porque Dios, que es amor, es bello, es verdadero, y aquí, en la arquitectura y en la música sacras palpamos la trascendencia de lo divino, encontramos ese otro camino para llegar a Dios", expresó el Arzobispo.

En ese sentido, recordó que la Catedral "no es un patrimonio exclusivo de los católicos, es una edificación que después de la expropiación de los bienes de la Iglesia, pertenece a todos los mexicanos, pues es una propiedad federal, en la que el Estado debe asumir su responsabilidad de garantizar su seguridad, cuidar su patrimonio y procurar su conservación".

"Esta monumental edificación, que es una de las catedrales más hermosas y grandes del mundo, no es una construcción para vanagloria de la Iglesia, sino que es, ante todo, una manifestación de fe, de amor profundo a Dios y a su Santísima Madre, la Virgen María en la advocación de su ascensión gloriosa a los cielos", expresó.