La familia de un hombre canadiense que sufría de esclerosis lateral amiotrófica (ALS, por sus siglas en inglés) instó al Gobierno de su país a cambiar la forma en que trata a los pacientes, luego de que éste recibiera una "muerte con asistencia médica" tras años de lucha para recibir atención adecuada en su domicilio.
Sean Tagert, de 41 años, fue diagnosticado con ALS, también conocida como enfermedad de Lou Gherig, en marzo de 2013. En octubre de 2017, sufrió un paro cardíaco y posteriormente se le colocó en un ventilador. Su enfermedad le robó la capacidad de mover su cuerpo, comer o hablar y se comunicaba a través de una computadora. Su agudeza mental no se vio afectada.
En ese momento, los médicos de Tagert recomendaron atención domiciliaria las 24 horas, lo cual es típico para una persona que usa un ventilador a tiempo completo. Vancouver Coastal Health, la autoridad regional de salud de Tagert, solo ofreció inicialmente 15.5 horas de atención al día. Finalmente, después de mucho esfuerzo, aumentaron su oferta a 20 horas al día, lo que significaba que Tagert tenía que pagar 263.50 dólares diarios por las cuatro horas restantes de atención requerida.