Como parte de una audaz campaña para descubrir y despertar más vocaciones a la vida religiosa, cuatro sacerdotes de la Arquidiócesis de Bogotá visitan desde hace un año colegios y parroquias para mostrar a los jóvenes la nobleza de la misión sacerdotal.

La iniciativa nació del Arzobispo de Bogotá, Cardenal Pedro Rubiano, quien organizó este “bloque de búsqueda” para afrontar la falta de vocaciones que ha llevado a la Arquidiócesis a tener que solicitar sacerdotes de otras jurisdicciones.

Los sacerdotes visitan constantemente los 42 colegios parroquiales de Bogotá en búsqueda de estudiantes de secundaria con inquietudes vocacionales. Asimismo, coordinan talleres organizados en unas 500 parroquias.

En una carta, el Cardenal Rubiano explicó que “ante la realidad de la Arquidiócesis, la falta de sacerdotes es ciertamente la tristeza de cada iglesia”, por ello “nos urge suscitar, acompañar y animar a quienes se sienten llamados por el Señor para seguirlo”.

De acuerdo a un medio local, la meta es que cada parroquia tenga al menos un seminarista y cada sacerdote pueda tener a otro que lo reemplace en el futuro.

Sin embargo, el “bloque de búsqueda” debe lidiar con obstáculos como la mala imagen que los jóvenes tienen de los sacerdotes.

Otra dificultad es ver si el estudiante tiene vocación o sólo quiere escapar de problemas personales. También están, indica el Rector del Seminario Intermisional San Luis Beltrán, Padre José Grisales, las numerosas ofertas religiosas “que impactan en el nivel de lo sensible”.

Sin embargo, el Padre Héctor Arbeláez es optimista e indica que a los jóvenes les dice que “cualquiera puede ayudar a que (el mundo) sea mejor siendo sacerdote”. Es más, explica que “la situación que hoy se vive da para que uno sea directo” y diga sin rodeos: “estamos buscando y descubriendo vocaciones” y que el sacerdocio “no es para personas desconcertadas”.

Más campañas agresivas

El Padre Guillermo Orozco, Director de Pastoral para los Ministerios Jerárquicos, señaló que para hallar más vocaciones religiosas son necesarias campañas más agresivas que cuestionen a los jóvenes.

Indicó que la crisis de la familia, la vida fácil y el miedo de los jóvenes a comprometerse son obstáculos que impiden a un joven mirar la opción sacerdotal.

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