"Rabano Mauro también nos habla hoy, incluso en eltiempo del trabajo con sus ritmos frenéticos o en las vacaciones, de quetenemos que reservar tiempo para Dios y no olvidarnos del domingo como el díadel Señor, el día de la liturgia, para percibir en la belleza de nuestrasiglesias, de la música sacra, de la Palabra, la belleza de Dios y dejarlo entrar en nuestra vida,porque solo así se vuelve grande y verdadera", indicó el Papa.
Rabano, nacido en Maguncia alrededor del 780, entró muyjoven en un monasterio benedictino y "con su excepcional capacidad detrabajo contribuyó quizá más que ningún otro a mantener viva y en parte adesarrollar con aportaciones personales, la cultura teológica, exegética yespiritual que atesoraron los siglos sucesivos".
Gracias a esa "extraordinaria cultura" fue"consejero de príncipes", y no obstante su elección, primero comoabad de Fulda y luego como arzobispo de Maguncia, "no dejó de proseguir ensus estudios demostrando con el ejemplo de su vida que se puede estarsimultáneamente a disposición de los demás sin privarse por eso de tiempo parala reflexión, el estudio y la meditación. Así Rabano Mauro fue exegeta,filósofo, poeta, pastor y hombre de Dios".