El Papa Benedicto XVI propuso a los divorciados vueltos a casar cultivar “un estilo de vida cristiano” y aunque precisó que no pueden comulgar, recordó que estas personas “siguen perteneciendo a la Iglesia”.
En la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis, el Pontífice abordó la relación entre Eucaristía e indisolubilidad del matrimonio.
“Puesto que la Eucaristía expresa el amor irreversible de Dios en Cristo por su Iglesia, se entiende por qué ella requiere, en relación con el sacramento del Matrimonio, esa indisolubilidad a la que aspira todo verdadero amor. Por tanto, es más que justificada la atención pastoral que el Sínodo ha dedicado a las situaciones dolorosas en que se encuentran bastantes fieles que, después de haber celebrado el sacramento del Matrimonio, se han divorciado y contraído nuevas nupcias”, explicó.