Ante más de 50 mil feligreses que se dieron cita esta mañana en la Plaza de San Pedro para la tradicional Audiencia General de los miércoles, el Papa Benedicto XVI recordó el llamado de todo cristiano a ser testigo de la muerte y resurrección del Señor Jesús enfatizando que “no podemos guardarnos la gran noticia, tenemos que difundirla al mundo entero".
El Santo Padre, que llegó a al recinto vaticano en helicóptero desde la residencia de Castel Gandolfo, renovó a los presentes sus mejores deseos de Pascua y en su catequesis dijo que las diversas apariciones de Jesús después de la resurrección constituyen "también para nosotros una invitación a profundizar el mensaje pascual y a recorrer el itinerario espiritual de cuantos encontraron a Cristo y lo reconocieron en aquellos primeros días".
El Pontífice recordó la carrera entre San Juan y San Pedro para llegar al sepulcro, después de que María Magdalena les diese la noticia de la resurrección y explicó que los Padres de la Iglesia consideraban "esa rápida carrera hacia la tumba vacía una exhortación a la única competición legítima entre los creyentes: la de la búsqueda de Cristo". Refiriéndose a la Magdalena, el Santo Padre subrayó que reconoció a Jesús "cuando Él la llama por su nombre".